18 de diciembre de 2013

Sexo, glamour y lentejuelas

Behind the Candelabra (Behind the Candelabra2013)

Dirección: Steven Soderbergh
Guión: Richard LaGravenese (a partir del libro de Scott Thorson)
Intérpretes: Michael Douglas, Matt Damon, Dan Aykroyd, Debbie Reynolds, Rob Lowe, Scott Bakula.
Fotografía: Steven Soderbergh
Música: Marvin Hamlisch


Ahora que ya hace unos años que se dice que en la televisión es donde se hace el mejor cine (en relación a la alta calidad de muchas series), era un paso lógico e inevitable que las estrellas de Hollywood, de la mano de grandes directores, optaran por los telefilmes como alternativa real a la ficción en pantalla grande. Producida por la HBO, Behind the Candelabra es uno de los casos más recientes que además viene avalado por la proeza de haber sido seleccionada para participar en el Festival de Cannes; certamen en el que Steven Soderbergh ganó la Palma de Oro por Sexo, mentiras y cintas de vídeo (1989).

La película narra el viaje sentimental de Scott Thorson, amante secreto del célebre pianista y exuberante estrella de la televisión conocido como Liberace. Interpretados por unos muy inspirados Matt Damon y Michael Douglas, respectivamente, los personajes encarnan el ostentoso testimonio de las últimas estrellas concebidas al estilo clásico, con la hortera escenificación de sus falsas vidas. Un mundo de plumas, joyas y lentejuelas relatado por Soderbergh con cínismo y cierta crueldad, rozando, a veces, la exageración, pero también con humor y momentos de gran ternura. La evolución del personaje de Matt Damon, en especial, resulta lo más cautivador de la historia: de oportunista cuerpo del deseo a sufrido enamorado con miedo a perderlo todo.

Behind the candelabra es el retrato del fin de una era mucho más ingenua y desenfadada, y el relevo a unos tiempos más oscuros por la irrupción de las drogas, la cirujía estética y el sida, y su consecuente bajada a los infiernos. Junto a la prodigiosa interpretación de sus protagonistas, de la que ni sobra amaneramiento ni le falta audacia, brilla la de unos secundarios de lujo, entre ellos el personaje del agente (Dan Aykroyd) y el de la madre de Liberace (Debbie Reynolds), simplemente deslumbrantes. Son ellos el broche de oro de esta cinta que, precisamente, de oro va sobrada y que demuestra que Soderbergh sigue siendo un director atrevido e interesante del que deseamos no cumpla, por el momento, sus constantes amenazas de retirarse de la industria del cine.

Recomendado para filogays y amantes de los excesos del lujo (y su lado oscuro).
No recomendado para puritanos, homófobos y enemigos del género biopic.

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