27 de noviembre de 2013

Juegos de guerra

El juego de Ender (Ender's Game, 2013)

Dirección: Gavin Hood
Guión: Gavin Hood; basándose en la novela de Orson Scott Card.
Intérpretes: Harrison Ford, Asa Butterfield, Hailee Steinfeld, Abigail Breslin, Ben Kingsley, Viola Davis.
Fotografía: Donald McAlpine
Música: Steve Jablonsky


La adaptación a la gran pantalla de El juego de Ender (1985) era una deuda que la industria cinematográfica tenía desde hace años con los fanáticos de la ciencia ficción. La novela homónima de Orson Scott Card, ganadora de diversos premios, es todo un referente para el género distópico futurista, por lo que solo era cuestión de tiempo que alguien se atreviera a convertirla en película. Trasladar al celuloide las aventuras del joven Ender no era tarea fácil, y no solo por sus dificultades técnicas: también por su polémico argumento. Se trata de una historia cruel protagonizada principalmente por niños y que no duda en contar a través de sus ojos los horrores de la guerra y el sufrimiento que puede causar una educación basada en la competitividad y la violencia. La ambigüedad de su mensaje y algunas controvertidas declaraciones de su autor no ayudaron precisamente a allanar el terreno al director y guionista Gavin Hood que ha optado, finalmente, por suavizar el relato.

Afortunadamente, el filme no llega a ser una versión infantilizada del material original. Respeta en la medida de lo posible la densidad de los conflictos internos de Ender y gran parte de su brutalidad implícita. Pero también eleva la edad de los protagonistas y elimina algunas de las subtramas más duras como la insana relación de Ender con su hermano. Esto no significa que en conjunto haya perdido interés pero sí parte de su encanto. La aspereza literaria de Scott Card queda diluida entre el virtuosismo visual de los efectos especiales y más de un momento con tendencia al melodrama.

En cuanto a los actores, el tierno e inquietante Asa Butterfield, intérprete infantil de moda gracias a El niño del pijama de rayas (2008) y Hugo (2011), encarna al héroe víctima de su destino con una consistencia sorprendente, capaz de igualarse al siempre correcto Ben Kingsley. En cambio, el otrora carismático Harrison Ford muestra esta vez su faceta más insípida e inexpresiva.

Por suerte, solo con dedicarse a exponer los hechos principales de la epopeya de Ender, por su originalidad y sus sorpresas, el espectáculo estaba garantizado. De ahí que el resultado sea, por un lado, un entretenimiento fascinante pero, por otro, también demasiado superficial para las posibilidades del universo del que partía; algo que sucede en Hollywood cada vez más a menudo.

Recomendado para entusiastas de la novela o, mejor dicho, para sus hijos y sobrinos.
No recomendado para los fanáticos del carisma de Han Solo y la complejidad de Blade Runner (1982).

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